Por: Lavanda
El mundo nos enseña un ritmo tan frenético que parece que los detalles más preciados de la existencia, como un ejemplo de lo sublime, los pasamos desapercibido. Subestimamos la música incluso de la misma manera que reducimos nuestras emociones, pero si nos detenemos a pensar en lo que nos ha acompañado desde el principio de nuestra vida, aparece el ritmo como un primer lenguaje. Al comienzo de la existencia es una brisa de mar que nos rodea, luego un golpeteo de tambor que deviene del corazón de nuestra madre. En seguida, algunas palabras de una voz inolvidable.
Cuando crecemos aprendemos a asociar esos primeros sonidos a nuestras emociones, algo que el mismo cuerpo en su sabiduría ya nos había brindado desde el vientre. Unos días, las melodías de nuestro tiempo, son tonadas alegres como la primavera, Spring Day; otros, una suave brisa que mueve todas las hojas de los árboles y las derrama sobre la ciudad en un torbellino verde y amarillo, Autumm leaves. En cambio, en otros momentos el sol brilla tan fuerte que parece que el verano viene a arrancar la oscuridad del mundo.
Sin embargo, la mayoría de mis días se mantienen en un invierno preciso, una mezcla de melancolía, brisa fría, azul tenue y blanco profundo. Y así, la vida la voy viviendo como viene y la relaciono con los momentos, tiempos o imágenes que me conectan en el interior, con el alma.
Es entonces cuando Winter Bear resuena como la primera vez, una melodía que me hace entender el pequeño invierno que reina en mi ser desde hace años. Pensamientos blancos, suave brisa, azul tenue y melancolía infinita.
La música de BTS se ha presentado como una gama de colores ante mis ojos: naranjas profundos, grises en todos sus matices, negro y rojo como muestra de su propia revolución, amarillo infinito. Pero, esta idea de Taehyung de permanecer de manera tenue en sus comportamientos, en sus composiciones, en su ritmo propio y particular, me presentó la posibilidad de reconocerme en el otro, él. Su música se convirtió en una balsa que resiste conmigo el golpe de las olas incluso en invierno.
Debo decir que, la complejidad de reconocerse en el otro es como encontrar un reflejo en el infinito, incluso pones en duda si es cierto.
Este invierno, que parece gustarle tanto a Tae, se agolpa en una tonada de su última canción, Winter Ahead, porque un invierno sigue siendo una etapa pasajera y el verano lo hará arder. Sin embargo, esa etapa pasajera es tan necesaria como respirar; puesto que nuestra propia existencia es una mezcla de matices como la naturaleza misma.
He pensado que mi esencia tiene una melancolía latente, una melancolía como la que narra Winter Bear, es como un oso de invierno que duerme de manera placentera y al cual le deseo buenas noches. Así que pensar en el ritmo que moviliza mi vida se define como un tenue azul, un blanco profundo y múltiples matices de gris como una canción de V.
En los últimos días, he pensado en la importancia de entender la lluvia que crece en mí, analizarla y apreciarla por hibernar en mí como el pequeño oso polar de su canción.
Me despierto con la noticia del Sr. Yeontan, recién se convirtió en un viajero de otro plano y, entonces, todas esas conexiones con V cobran sentido: habitamos un espacio-tiempo que debemos vivir completamente en el ahora con todos nuestros matices.
Sr. Yeontan, sweet night.
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Comentarios
Excelente palabras, ese contenido de nuestro Tae me encantó mucho 🥹 felicitaciones sigue adelante,
Excelente descripción de la personalidad y estilo musical de Tae 👏🏻
Los dos artículos que he leído tuyos instan a la reflexión personal, un gozo de la palabra escrita y una invitación irresistible a la música de BTS.
Excelente como relacionas la música de bts con la naturaleza y los colores de ella, invita ala reflexión y creo que hasta da paz. Excelente.