Por: Mónica Sánchez
Hace dos años y medio, BTS llegó a mi vida y, con ellos, muchas cosas que jamás había experimentado.
Sí, me consideraba fan de algunos grupos; para mí, ser fan se limitaba a escucharlos constantemente e ir a sus conciertos si se daba la oportunidad.
Pero al descubrir la industria del K-pop a través de BTS, descubrí todo un universo. De pronto comenzaron a llegar a mi vida conceptos con los que no estaba nada familiarizada: rap line, vocal line, photocard, ARMY, bias, bias wrecker. Cada vez que aparecía uno nuevo, yo solo le preguntaba a la amiga que me inició en todo esto: “¿y eso qué es?”. Creo que muchas hemos pasado por ese lugar.
Con el tiempo —no tanto, en realidad— empecé a familiarizarme con todo y, casi sin darme cuenta… ya tenía a mi bias y a mi bias wrecker.
He visto muchas publicaciones donde preguntan: ¿cómo escogiste a tu bias? o ¿por qué es tu bias? Sin embargo, en mi caso, creo que mi bias, sin darse cuenta, me eligió a mí.
Descubrir quién era mi bias y mi bias wrecker fue curioso, porque ambos fueron los miembros que más me tardé en reconocer. Incluso me atreví a decir: “¿esos dos qué chiste tienen?”. Así que fue algo así como justicia divina cuando me descubrí sonriendo como tonta cada vez que los veía en redes. Mi amiga me dijo: “te has comido tus palabras”, y literalmente… sí.
Tengo clarísimo que no fue por su físico (por increíble que parezca), aunque hoy, claro, literalmente babeo cuando lo veo. Llegó a mi corazón de a poquito, paso a paso. Primero fue escucharlo hablar de su familia; después, ver cómo se comporta con sus amigos, siempre atento y solidario; el amor y compromiso que demuestra con su mascota; descubrir la música que le gusta fue un regalo. Poco a poco fui conociendo sus distintas facetas: coqueto, berrinchudo, atento, curioso, dedicado a su trabajo, comprometido. Si algo le da miedo, lo enfrenta; y últimamente, pone límites claros cuando algo lo incomoda o molesta. Amo la relación que tiene con su alma gemela, porque sí, tiene un alma gemela.
Después de todo eso, pude notar claramente su belleza exterior, que no hace más que reflejar la interior. ¡Por eso es taaaaaaaan hermoso!
Obviamente, me refiero a Taehyung: V, Tete. Esa personita que se encuentra a más de 12,200 kilómetros de distancia; que habla un idioma completamente ajeno para mí; que creció en una cultura muy distinta a la mía; y que ha vivido una vida que ni siquiera puedo imaginar. Desde los 16 años, su vida cambió drásticamente al convertirse en aprendiz de idol y, en 2013, comenzó esa gran aventura llamada BTS, que ha definido su vida y su personalidad.
Es increíble cómo alguien tan lejano y tan distinto puede volverse tan cercano y significativo. Alguien que te inspira a ser mejor cada día y que, con solo verlo, dibuja una sonrisa enorme en tu rostro. Lo admiro profundamente; tiene la capacidad de sorprenderme constantemente. Claro que me encanta verlo en el escenario, y no verlo cantar desde que se fue al servicio militar en 2023 fue algo que extrañé muchísimo. Cuando Jin anunció el último concierto de su gira en Corea, nació en mí una gran esperanza de volver a verlo cantar.
Verlo fue maravilloso, no solo por escuchar nuevamente su voz, sino por la emoción que transmitía: se notaba absolutamente feliz y conmovido. Así como fue el más emocionado cuando inició su servicio militar, ahora regresaba orgulloso.
Aunque es mi bias, sinceramente es de los miembros cuya música solista menos escucho, aunque su estilo me gusta mucho. Disfruto más la música individual de otros miembros. También puedo ser completamente honesta cuando hay cosas que no me encantan del todo, porque las hay, y nada de eso influye en que deje de ser mi bias; al contrario.
Cada actualización suya —y agradezco que sea de los que más comparte— es un regalo. Son momentos que él decide mostrarnos, pequeñas ventanas a su vida y a su esencia.
Como fan, ahora que está a punto de cumplir 30 años, lo que más deseo es que sea feliz, pleno y libre de hacer lo que quiera, cuando quiera, sin ser criticado por eso.
¿Y mi bias wrecker? Suga. Otro miembro con un carácter peculiar, profundo y encantador.
De ambos amo que sean tan coreanos, con todo lo que eso implica.
No se trata de idolatrar ni de poner a nadie en un pedestal. Se trata de la conexión silenciosa que nace cuando alguien, sin conocerte, toca algo profundo en ti.
Admirar me enseñó que no se trata de idealizar, sino de reconocer la humanidad del otro. De entender que no es perfecto, que cambia, crece, se equivoca y sigue adelante.
Taehyung no sabe quién soy, pero su forma de estar en el mundo me acompaña, me inspira y, de alguna manera inexplicable, me hace sentir menos sola.
Quizá eso es lo más bonito de BTS: personas tan lejanas que, sin proponérselo, se vuelven hogar.
La Revista de Taehyung no posee ninguna de las fotos/videos compartidos en nuestro blog. No se pretende infringir los derechos de autor.
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