Por: Luz Navarro
Salud emocional · Cierre de ciclos · BTS · Bienestar integral
El fin de año no es solo una fecha en el calendario, es un período profundamente emocional, donde la mente y el cuerpo
comienzan —muchas veces sin que lo notemos— a prepararse para cerrar ciclos. Diciembre llega cargado de estímulos: luces, reuniones, balances, despedidas, mensajes de logros, preguntas sobre metas, vacaciones y expectativas.
Todo eso activa procesos internos que impactan directamente en nuestra salud emocional. Nuestro cuerpo lo sabe antes que la cabeza. Aparece el cansancio acumulado, la necesidad de bajar el ritmo, el deseo de descanso o, por el contrario, la ansiedad por “llegar a todo”. Porque el fin de año no solo celebra: también evalúa.
Hay alegría, sí. Pero también nostalgia. Hay reencuentros, ausencias que duelen un poco más, recuerdos que se intensifican.
Y está bien que así sea. Desde una mirada integral del bienestar, es importante comprender que 👉no todas las personas viven el fin de año de la misma manera.
Para algunas es celebración; para otras, es introspección, duelo o cansancio emocional. Aquí es donde la música —como tantas veces lo hace BTS— se convierte en refugio. En Yet To Come, la banda nos invita a mirar el camino recorrido sin prisa ni exigencia, a reconocer lo vivido sin negar el cansancio ni minimizar las emociones. No habla de finales grandiosos, sino de procesos, de pausas necesarias y de la certeza de que lo mejor no siempre es lo que ya pasó, sino lo que puede construirse desde un presente más consciente.
El cierre de año se parece mucho a ese mensaje:
No exige perfección, exige presencia.
No pide sonrisas forzadas, sino honestidad emocional.
Nuestro cuerpo se prepara para las vacaciones buscando bajar defensas, soltar tensiones y recuperar energía.
Nuestra mente empieza a imaginar descanso, cambio de ritmo, silencio o tiempo propio.
Y cuando no escuchamos esas señales, el cuerpo habla más fuerte: insomnio, contracturas, irritabilidad, agotamiento emocional.
Tal vez el verdadero ritual de fin de año no sea la mesa perfecta, sino darnos permiso para sentir.
Para reconocer lo vivido.
Para agradecer lo que sí estuvo.
Para soltar la exigencia de cerrar el año “bien”.
Celebrar también puede ser cuidarnos.
Escucharnos.
Elegir con quién, cómo y desde dónde transitamos estas fechas.
Porque el nuevo año no empieza con fuegos artificiales.
Empieza cuando el cuerpo y la mente encuentran un poco de calma.
Y eso, también, es salud emocional.
Desde lo más profundo de mi corazón NOS deseo un maravilloso FIN de AÑO…. BORAHAE 💜
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