
Por: Lavanda
Hace tiempo vengo escribiendo un blog que, en gran medida, ha sido una radiografía de mis canciones favoritas de BTS. No solo por mi gusto personal, sino por el mensaje esperanzador que transmiten: ese acompañamiento silencioso que la música ofrece cuando más lo necesitas.
Pero ahora siento el impulso de explorar algo nuevo: adentrarme en la individualidad de cada miembro. Y quiero empezar con el líder, RM.

Porque, en muchos aspectos, me siento conectada con él. Con su forma de crear. Con su introspección. Con la manera poética y maravillosa en que plasma emociones profundas: la soledad, la identidad, la búsqueda de uno mismo. Con ese disco que me conmovió hasta los huesos: mono.
Al leer sobre su vida, encuentro tantos puntos de inflexión que resuenan con los míos. Esas luchas internas por encontrarnos, por identificarnos, por demostrarnos algo, por escondernos, por ocultarnos… todas esas características complejas del ser humano que él, como artista, ha aprendido a plasmar con una belleza inquietante en su música.
Y es por eso que quiero explorar este nuevo camino de escritura… contigo, que me lees.

Porque BTS sigue siendo un sinfín de inspiración para el autoconocimiento. Y RM, en particular, se convierte en la imagen viva de esa inspiración. Me impacta su capacidad de aprendizaje, su brillantez, su inteligencia, su espíritu autodidacta. Y lo más asombroso es cómo puedes crear una conexión profunda con alguien que no conoces, solo a través de la música, de sus experiencias artísticas, de sus mensajes entre líneas.
En un blog anterior escribí que luchaba con mis propios fantasmas mentales, con mis propios demonios, todos los días. Y es gratificante, entonces, escuchar una canción de RM que se convierte en consuelo justo cuando las voces no te dejan descansar. Cuando el mundo exige, la familia exige, el estudio exige, el trabajo exige, las amistades exigen… y tú solo quieres silencio.
Muchas veces, escuchar el ritmo de una canción de Namjoon es como sentarte a tener una conversación contigo misma. Es como si alguien me hablara directamente, me cuestionara o me abrazara mientras lloro. Y cuando tienes esa conexión con un artista, el cariño y la admiración crecen. Porque conectarse desde los lugares complejos, desde lo que casi nunca se nombra, es mucho más emotivo y valioso para nosotras que estamos al otro lado, escuchando su voz.

RM fue el primer miembro de BTS cuya música individual escuché. La primera canción fue "Tokyo". Y esa canción me llevó a descubrir la producción "mono"; un universo íntimo, melancólico y profundamente humano. Un disco con el que quiero comenzar este viaje: navegar juntos a través del océano, siendo un cetáceo gigante, vibrando en una frecuencia diferente… pero encontrándonos en esa diferencia.
Como algo muy personal, debo decirlo: soy muy emocional. Tengo una hipersensibilidad que, aunque me ha dificultado la vida y la comunicación con otros, también me ha permitido vivirla al máximo. Y me ha facilitado esta conexión profunda con los artistas que escucho. Quizás, esa hipersensibilidad sea el primer punto de encuentro con RM y con su segundo mixtape, "mono", que literalmente significa único. Y seguramente, el lenguaje que he construido con este disco es igualmente único.
Pienso en el idioma íntimo que él construye a lo largo de "mono": un lenguaje que me ha enseñado la importancia de reflexionar sobre las emociones, de hallar lugares de encuentro personal desde la música. Cuando descubrí "Tokyo", su letra me transportó a un lugar de intimidad que difícilmente olvidaré. Aún la escucho y siento la misma emoción de la primera vez: como si construyera un templo sagrado dentro de mí, buscando mi identidad, el amor, y reflexionando sobre la importancia de concebir mi propio pensamiento, mi propia opinión. De construir, en fin, un lenguaje personal que me permita conectarme con el mundo.
"Tokyo" es también la canción que abre el disco. Así que se convierte en la puerta principal a este universo introspectivo, melancólico, en busca de identidad y sentido de pertenencia. Es como despertar en Tokio. Como entender un país desconocido. Como viajar a través de los sonidos y llegar a los templos, a los bosques de Japón.
Personalmente, es una canción poderosa. Me conecta con un país que he querido conocer por más de dos años, y con una cultura que admiro profundamente: la japonesa. El sonido inicial me transporta inmediatamente a ese lugar soñado. Además, la letra es un bálsamo: nos guía a encontrar nuestra propia identidad, una verdad que debemos construir desde dentro, desde el alma. Reconoce que todo lo que hemos vivido nos hace vulnerables… y auténticos.
Lo más poderoso de "Tokyo" son las preguntas que deja en el aire: sobre el conocimiento de uno mismo, sobre la confusión, la duda, la necesidad de cuestionar la existencia como algo efímero e inevitable. "Tokyo" simboliza esa necesidad de transmitir la nostalgia a través de los ritmos, de la música. RM nos ofrece un mapa de emociones que nos permite conectar con él, a miles de kilómetros de distancia.
Gracias, RM.
La Revista de Taehyung no posee ninguna de las fotos/videos compartidos en nuestro blog. No se pretende infringir los derechos de autor.

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