
Por: Dubia López
Cada día estoy rodeada de ruido, de prisas, de exigencias, y en medio de ese caos que a veces parece inevitable, pienso en él. En RM, no por ser una estrella mundial, sino porque hay algo en su manera de habitar el mundo que me recuerda lo que yo estuve buscando durante mucho tiempo: la tranquilidad mental.

No estoy muy segura del momento en el que toqué fondo, pero irónicamente me sentí perdida en la estructura de mi vida diaria. Fue tan paulatina la manera en la que me percibí agotada mentalmente, emocionalmente que, cuando caí en cuenta de ello, habían pasado años. Creo que mi cuerpo lo notó primero y, me pasó la factura. Pero no sientas pena por mí -no es orgullo o vergüenza- es simplemente que estas líneas no son para eso.
En este proceso de redescubrirme -aún sigo en desentrañándome - decidí que sería a mi ritmo, a mi modo, a mi manera… Sin autocompasión ni palabras vacías de aliento.
Tampoco busco desesperadamente culpables - ¿Los habrá o solo seré yo? - para evitar volcarme sobre mí misma… ¿Por qué siempre es más fácil mirar con ojos juiciosos alrededor? Porque mirar hacia las entrañas, provoca miedo y dolor…
Evitarlo, posiblemente, es una manera de sobrevivir, de no perder la cordura; pero ¿será que al soslayarlo te conviertes en un ser emocionalmente esquivo y completamente incompetente para descifrarse a sí mismo?

Hoy me siento optimista y, aunque solo sea por un instante, seré honesta conmigo misma: la vida me abrumó, me abruma y, seguramente, me seguirá abrumando. Sin embargo, hoy decido -conscientemente- ya no luchar contracorriente, estoy intentando ser dueña de mis propios pensamientos, de esas pequeñas conversaciones internas que no cesan, y que muchas veces, castigan.
Necesito reconciliarme conmigo, estoy cansada de maldecir. A cada paso me recuerdas -mi amorosa enemiga- que sobrevivo en tu agridulce entresijo, que te pertenezco. Y en las más rudas confrontaciones, descaradamente me vociferas que te necesito para no diluirme.
Y entonces aparece en el escenario de mi propio K-drama -y no precisamente una historia rosa- Namjoon.
Ese hombre que desarma objetos con solo tocarlos, así lo hizo conmigo, me desarmó con cada palabra pronunciada en Reflection, y solo por mencionar una pieza del rompecabezas, porque en realidad es el conjunto de toda su discografía individual, desde Mono hasta Right Place, Wrong Person (Lugar Correcto, Persona Equivocada). Explora la sensación de alienación y desubicación, temas universales que resuenan con muchas personas, y yo soy una de ellas. Más allá del escenario; verlo en entrevistas, escuchar con atención sus letras, incluso, en esos momentos donde simplemente camina por un parque o visita un museo… Su búsqueda era la mía. Susurró en mi propio abismo.

En este mundo que premia a los que hablan más fuerte, irónicamente, RM me confrontó con su manera pausada de expresarse, sus respuestas reflexionadas, su sencillez constante, y me recordó que no hay nada malo en ser quien eres cuando estás en proceso de sanar.
Él no presume tener todas las respuestas, ni siquiera lo pretende. A menudo dice que sigue cuestionándose, por lo que, escuchar sus letras, sentir cada acorde de su música, me hizo sentir cómoda y resolutiva; eso me permitió conciliarme con el hecho de no tener todo claro todo el tiempo. Fui poniéndole palabras a lo que sentía, y sus pensamientos atrapados en la música, me despejaron el camino… De a poco, pero sin vuelta atrás.
Sus palabras, lejos de ser grandilocuentes, suenan honestas… Reales.
Hay una frase que no olvido: “Estoy aquí hoy porque todavía me cuestiono”. Yo también sigo haciéndolo. Me cuestiono mis heridas, mis decisiones, mi propósito… Pero ahora lo hago desde otro lugar, desde un espacio más compasivo, más amable, ese que RM me recordó que yo misma podía construir.
La Revista de Taehyung no posee ninguna de las fotos/videos compartidos en nuestro blog. No se pretende infringir los derechos de autor.

Conoce a Dubia López
Si te gusta nuestro contenido, por favor apóyanos con un Ko-Fi para poder seguir haciéndolo.
Califica este artículo y compártelo en tus redes sociales.

Añadir comentario
Comentarios
Querida, Dubia, me encuentro tan identificada en tus palabras. RM es un regalo infinito de volver a nosotras mismas.